15-desembre-2017

Autor: David Miranda Mota, SVE portuguès a Barcelona i monitor de l’Esplai Torxa.


Ya me estaba acostumbrando a todo por Barcelona, a mi nueva rutina, a la lengua, a la cantidad enorme de mendigos, a las caceroladas independentistas todas las noches… Pero de pronto tuve que volver a hacer la maleta e irme a Oviedo. Cuando empiezas un SVE hay un formación inicial para los voluntariados, el arrival training, y en este caso fue en Oviedo (Asturias).

Importante destacar que Asturias impresiona por su naturaleza, tan verde y tan húmeda, que nos ofrece magníficos paisajes constantemente. Además de la formación, que te pone al corriente de todos los deberes y derechos que tenemos en el voluntariado (lo cual es muy útil), el intercambio de experiencias e historias de la vida que se producen entre los participantes es el punto fuerte de la formación. Es un poco semejante a un Erasmus Youth Exchange, donde puedes hacer conexiones momentáneas y a veces para toda la vida: unas más profesionales, otras más sociales y, si tienes suerte, alguna amorosa! Ahahah 😊

Por casualidad algunos de los participantes de esta formación también están por Barcelona, así que he podido aumentar mi lista de amigos por BCN. Al final tuvimos un pequeño contratiempo, ya que nos cancelaron el vuelo de Oviedo a Barcelona y tuvimos que ir hasta Bilbao en bus y coger el avión ahí; pero se hizo bien. Entre pequeñas siestas se veían unos paisajes increíbles, y más cuando se veía la costa y el mar.

Muñeco de lego
Después de volver de la formación inicial, retomé la rutina, pero muy pronto me encontré con otro pequeño contratiempo: aunque no era algo nuevo, era una movida un poco incómoda… Me volví a dislocar el hombro, esta vez en una actividad con los niños del esplai. En un mal gesto, el hueso se me salió del sitio como si de una pieza de lego se tratara, aunque todo se resolvió rápido. Los chicos del Torxa me ayudaron, fuimos al hospital y en seguida se resolvió todo, y con poco dolor. ¡Treinta minutos después del incidente ya tenia el hombro en el sitio! !Bendito sistema de salud que tenéis! En Portugal habría tenido que esperar unas seis horas… Las dos semanas siguientes tuve que llevar el brazo pegado al pecho, cosa que me limitaba un poco, aun que bueno, no era para tanto.

Educando con cultura urbana
Posteriormente me desafiaron de otro esplai (Isard-Flor de Neu) para ir a dar una clase de introducción a la cultura urbana y al grafiti. Eso me puso muy contento, ya que tenía la oportunidad de realizar una actividad que me encanta y llegar a más niños con el mensaje del verdadero hip-hop (paz, amor, unión y diversión). Aunque sea un poco difícil encajar los horarios, por amor a la enseñanza de esta cultura uno hace el esfuerzo. Tengo que realzar y agradecer lo bien recibido que fui por parte de los monis del Isard, y los niños, aunque eran pocos, estuvieron muy interesados y muy participativos. Se hizo una buena clase, que paso muy rápido (hay muchas cosas que contar y practicar), pero fue una buena introducción. Además, fue importante para mí, puesto que vi la posibilidad de focalizar este movimiento cultural nuevamente como medio de educación de valores.

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Trobada de monis
El mismo día nos fuimos a la Trobada de monis. ¡Fue la hostia! Después de un viaje de poco más de una hora en tren y de otra hora a pie por un sitio de cuento de hadas, entre floresta y niebla, finalmente llegamos al local en Gualba (Vallès Oriental). Llegamos con un poco de retraso y medio muertos, pero aun así estuve tiempo de hacer la formación a la que me había inscrito, que se centraba en la “interacción y educación de jóvenes”. La verdad es que me impresionó positivamente. Fue muy útil, ya que sabía que en la misma semana lo iba a poner en práctica.

Al llegar la noche, vinieron con ella las piezas de teatro que cada esplai había preparado, relacionadas conel “procés”. Entre momentos de mucha risa, estupefacción y algunas fases en que me sentía completamente perdido del contexto, hubo espacio para fuegos de artificio y hasta para una pelea de gallos política, ahahaha!

Hay que decir que nosotros quedamos muy bien cualificados con nuestra escena (tercer lugar, fácil cuando se tiene un “ninja writer”). Después de toda esta movida, llegó la fiesta (aunque el alcohol ya estaba de antes), entre oscuridad completa y unas luces de neón parpadeantes donde estaba el DJ. Se danzaron una selección de músicas escupidas por un altavoz resfriado, al que yo fingía irónicamente que me gustaban… hahahaha! Pero en realidad, ¡qué más da todo eso! Cuando la compañía y el ambiente está guai, uno siempre se lo pasa bien (aunque medio zombi por el cansancio).

Excursión de rondinaires
El siguiente evento más significativo llegó la semana siguiente, cuando me fui con el grupo rondinaires del Torxa de excursión a Sallent (a una hora al norte de Barcelona). Nos quedamos cerca del rio, donde había una pequeña presa y un puente. Todo muy bonito, ideal para relajarse, explorar y crear todo un universo de imaginación. Y en eso los niños son profesionales, pues ahí mismo empezaron a hacer una cabaña y un puerto, y de pronto ya estábamos en otro lugar.

Me gusta mucho que siempre se cante algo antes de comer, que se de las gracias y el buen provecho, haciendo del momento de comer algo significativo.

Por la noche, hicimos una actividad un poco terrorífica pero que gustó mucho a los niños. Y más adelante empezamos una actividad que iremos desarrollando durante el trimestre: producción de pequeñas películas. Vi a los niños un poco perdidos, pero motivados. Con el tiempo todo irá bien, o eso espero.

Durante ese día conecté más intensamente con el grupo de niños. Es mucho más fácil por el hecho de que pasas mucho más tiempo con ellos y, en una ambiente que se aleja de sus rutinas, se crean lazos de confianza. Al día siguiente me desperté muy temprano, pues tuve que marcharme antes que el grupo. Tenía una visita muy especial esperándome en Barna. Hacía un frío tremendo (para un chico del sur de Portugal que casi se congela), y me sorprendió Montserrat, que aunque sólo lo vi desde el tren, me pareció un lugar con mucho mística.

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Turismo y compañía especial
Bueno, ya entendí que siempre que se reciben visitas es un buen momento para hacer de turista, y así fue. Durante tres días volví a dar cuerda a las zapatillas y a visitar sitios que tenia pendientes, como la Sagrada Familia y la playa (aun que me faltan muchos otros). Además, es mucho mejor hacerlo con gente a la que quieres que en vez de como un lobo solitario. Fue como un refresh, pues había tenido una semana con muchas tareas y esa visita especial me trajo un nuevo ánimo. 😊

Ya he empezado las clases de catalán, y me encanta, es una lengua preciosa. Y aunque la voy entendiendo cada vez mejor, aún no me sale nada hablar. Pero bueno, “a poc a poc…” Por la oficina de Esplac, todo bien. Aunque ahora no hay vídeos por editar, siempre hay tareas que hacer en un ambiente muy leve y tranquilo.

Ah, ¡y finalmente empecé con mí producción artística! Si todo va bien, en febrero empezaré a buscar un local para hacer una exposición. También ando buscando muros, ya que me gustaría dejar una pieza mía por tierras catalanas. La ciudad es muy inspiradora y es receptiva para con el arte urbano, y sin duda quiero dejar mi marca aquí. Cada día que pasa me siento mejor en Barcelona, y aunque echo de menos a mi gente y mi playa, Barna tiene una energía muy buena, joven y urbana. Me identifico mucho con ella.

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¡A ver cuantas cosas más me esperan! ¡Nos vemos en el tercer round!

PD: Si queréis acompañarme en las movidas de la vida y de mi trabajo artístico, me podéis seguir en @mota_curtico en Instagram y Facebook.